La semana pasada Fátima, Marta, Cristina y Raquel nos presentaron la Web 2.0 y la participación ciudadana.
Para empezar explicaron el concepto de Web 1.0 para posteriormente presentar el paso a la Web 2.0. Una vez tratados los dos conceptos hicieron una comparativa donde quedaban muy claras las diferencias entre las dos. Para acabar presentando las ventajas y desventajas de la Web 2.0.
La principal diferencia entre estos dos tipos de webs es que en la primera el usuario es consumidor de la información, mientras que en la segunda es el propio productor de ella.
Si extrapolamos esta característica a nuestra sociedad podemos considerar la Web 2.0 como una arma para los usuarios, de tal manera que la Web 1.0 ha sido una gran herramienta de control de los usuarios. Puede sonar exagerado, pero si nos paramos a analizarlo no es un disparate tan grande.
¿Por qué digo que la Web 1.0 ha sido una gran herramienta de control? La capacidad de interactuar del usuario en este tipo de formato es prácticamente nula. De tal manera que lo que podemos encontrar en ellas es la información que al responsable le interesa que tengamos. No hay lugar para poder opinar, organizar debates, criticar o añadir matices. Así que durante mucho tiempo esto ha contribuido a homogenizar las mentes y las opiniones de los usuarios.
Sin embargo con el surgimiento de la Web 2.0 esto ha cambiado por completo. Obviamente siempre habrá partes interesadas con un objetivo determinado detrás de cada web, pero esta relación de control se hace más complicada. Se nos brinda la oportunidad de poder compartir nuestra opinión con los demás usuarios y, consecuentemente, da lugar a debates que pueden abordar cualquier ámbito de nuestras vidas.
Al igual que antes nos referíamos a la gran telaraña mundial, con la web 2.0 los especialistas usan el término web social. Esto nos permite conocer diferentes puntos de vista, valores distintos a los que estamos acostumbrados, estar en contacto con todo el mundo. Este hecho nos obliga a interiorizar un poco más para comprender la gran variedad de información a la que accedemos y, sobre todo, valorar los trasfondos tan opuestos que se presentan en ella.
Y sí, se ha usado como arma para denunciar las injusticias sociales, para combatir la corrupción, proponer alternativas al sistema. Ha sido una herramienta de organización para colectivos que hasta entonces no habían estado en contacto tan directamente. De hecho, así nació el movimiento del 15M o también llamado movimiento de los indignados, organizado y gestionado desde las redes sociales.
Así que el cambio al que se refería el grupo anterior ya está aquí. Gracias a esta web estamos dejando de ser consumidores de información, para empezar a ser un poco más críticos; y esto es lo mejor que le puede pasar a la educación.
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